Suzuki es más conocido por sus 4×4, pero fue el Swift el que encabezó las listas en 2016, a pesar de que su tercera generación se lanzó en 2010. La cuarta iteración del todoterreno de Suzuki tiene, por tanto, mucho trabajo por delante, no sólo para estar a la altura, sino también para competir en una clase que está repleta de rivales. Y para ello, el fabricante japonés ha partido de cero, señala el concesionario de coches segunda mano Crestanevada. Bueno, no del todo, porque aunque no queda nada del modelo anterior, el Swift 4 se basa en la nueva plataforma Heartect que comparte con el Ignis y el Baleno y que se anuncia más rígida y ligera, lo que le permite anunciar un peso inferior en 120 kg, con la más fina de las versiones a partir de 840 kg.
Desde el punto de vista mecánico, también se hace borrón y cuenta nueva con la desaparición del 1.3 DDIS de 75 CV. No hay más diésel, pero esto se compensa en gran medida con la llegada del nuevo 1.0 litros Boosterjet K10C DiTC, turboalimentado y con inyección directa, que desarrolla 111 CV a 5.500 rpm y 170 Nm de 2.000 a 3.500 rpm. Puede combinarse con una caja de cambios manual de cinco velocidades o una automática de seis, siendo esta última más eficiente, con un tiempo de 0 a 100 km/h de 10,0 s frente a los 10,6 s de la versión manual, pero también un poco más sedienta, con 5,0 l/100 km en conducción combinada frente a 4,6 l. Y si lo que te interesa es este último dato, debes saber que este motor también puede equiparse con el sistema de microhibridación SHVS, compuesto por un motor de arranque-alternador ISG, que actúa como alternador y motor eléctrico, y una batería de iones de litio de 12 voltios. Recupera y almacena la electricidad generada durante el frenado y la desaceleración, y luego la libera durante la aceleración, reduciendo así la carga del motor y ahorrando 3 decilitros adicionales de combustible, hasta los 4,3 litros/100 km. Se ofrece un segundo motor más convencional, el motor Dualjet de 4 cilindros y aspiración natural de 1,2 litros ya visto en el anterior Swift bajo la denominación K12B, pero en una versión ligeramente retocada denominada K12C. Su relación de compresión se ha incrementado de 11 a 12,5, lo que se traduce en un descenso de la potencia máxima a 90 CV a 6.000 rpm frente a los 94 CV anteriores, pero un ligero aumento del par motor de 118 Nm a 4.800 rpm a 120 Nm a 4.400 rpm, una importante reducción del consumo de combustible de 5 a 4,3 l/100 km y una reducción del tiempo de 0 a 100 km/h de 12,3 a 11,9 segundos, a lo que ha contribuido la reducción de peso. Aunque sólo está disponible con caja de cambios manual, puede combinarse con el sistema SHVS y/o la tracción total All Grip. Y un todoterreno es difícil de encontrar.
Si este nuevo Swift es mecánicamente muy convincente sobre el papel, ¿qué hay de la estética, apreciación personal por excelencia? Cuando se dio a conocer en el Salón del Automóvil de Ginebra, las primeras impresiones bajo los focos del stand de Suzuki no fueron las más positivas, basta con leer los comentarios que siguen al artículo sobre su presentación. Pero ya es mejor una vez en el exterior y quizás también en el color rojo de nuestro modelo de prueba. Es cierto que ha perdido gran parte de la personalidad de su predecesor, con una nueva parrilla hexagonal vista en muchos otros modelos y el panel de la carrocería al estilo del DS3 en lugar de la luneta trasera, pero algunos de los detalles del antiguo modelo siguen siendo reconocibles, como los voladizos muy pequeños y los faros y luces que se extienden hacia el centro del coche. Ahora sólo disponible como cinco puertas, se enmendó integrando especialmente bien los tiradores de las puertas traseras en el pilar de la ventanilla, algo que ya hacen muchos otros fabricantes, pero aquí siguen siendo bastante prácticos, lo que ya es mucho más raro. Las dimensiones se estancan, con 3,84 m, 1 cm menos, lo que sigue convirtiendo al Swift en una de las ofertas más cortas del segmento polivalente, pero cuatro adultos pueden sentarse sin duda cómodamente a bordo y su volumen de maletero mejora muy significativamente, de 211 a 265 litros, aunque todavía se le puede criticar su umbral de carga irremediablemente alto.
En el interior, la primera impresión no es la mejor, ya que el ojo es atraído directamente por el aspecto de baja calidad del plástico que domina el salpicadero, tanto brillante como de grano grueso, y el ambiente oscuro que da una sensación más bien lúgubre. Sin embargo, el montaje es bastante correcto, lo que es una garantía de durabilidad, y la ergonomía es totalmente satisfactoria. El progreso más notable se refiere al equipamiento. En los últimos años, el contenido tecnológico ha avanzado y esta cuarta generación del Swift ha sabido subirse al carro, ofreciendo en su nivel de acabado más alto una pantalla táctil de 7 pulgadas con navegación 3D, Android Auto y Apple Car Play, asientos calefactados, cámara de visión trasera y climatizador automático, sin olvidar las ayudas a la conducción como la frenada automática de emergencia, el aviso de salida de carril, la gestión automática de las luces largas y el control de crucero adaptativo.