1956 MGA COUPÉ

Siempre he preferido los coupés a los descapotables. Es una cuestión de captación y … de miradas. El trazo del diseñador siempre me parece más acertado con un techo duro. La versión de «pelo al viento» carece para mí de pie y me deja un extraño sabor de boca inconcluso. Pero sigue la guía para conocer este hermoso coche inglés ya en sus sesenta años.

El nacimiento del MGA Coupé

1955 estaba muy lejos del Flower Power. Inglaterra era muy conservadora en aquella época. Los descapotables, al igual que los cupés británicos, tenían que tener una forma muy cúbica. La llegada del sexy y curvilíneo MGA cabriolet fue una sorpresa para el público británico. Presentado primero como cabriolet, el coupé se introdujo al año siguiente. Su diseño era tan innovador e impresionante que un periodista especializado en automovilismo llegó a calificarlo como «el par de nalgas más bonito del automovilismo británico de la época».

SUS CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

El motor es un 4 cilindros en línea de 1588 cc que desarrolla 78 CV a 5.600 rpm. Alimentado por 2 carburadores (SU HS 4) como sólo los ingleses pueden inventar.

Transmisión, por supuesto, a las ruedas traseras y caja de cambios de 4 velocidades (¡¡¡con una primera marcha no sincronizada!!! una costumbre en esta época antediluviana). Como colofón, con un peso de 935 kg sus prestaciones de 160 km/h y 1.000 metros desde parado en 37 segundos, no son ridículas.

Un diseño aerodinámico sublime, todo curvas. Un bonito techo en forma de burbuja. En la parte delantera, un parabrisas curvado. En la parte trasera, una ventana panorámica. Y una novedad para la época, las ventanillas son descendentes y no correderas como la mayoría de sus competidores de la época. Por último, para completar la obra, su creador añadió tiradores de puerta cromados. Todo es cuestión de distinción y clase.

Adentrarse en el interior le permite poner a prueba su flexibilidad, señala el concesionario de coches de ocasión Granada Crestanevada. Coge un calzador y vámonos. Una vez que te hayas acomodado, te darás cuenta de que la falta de anchura del habitáculo hace que los pedales tengan que estar muy juntos. Un hábito al que hay que acostumbrarse cuando se cambia de marcha. El asiento es muy vertical y «sentado en el suelo» con las piernas estiradas, sólo se puede ajustar la posición con la columna de dirección regulable en profundidad, ya que los asientos son fijos. Sin embargo, mucha luz y buena visibilidad para un coupé.

Al girar la llave de contacto, el motor (de hierro fundido) arranca con un sonido muy poco melodioso. Sin embargo, el placer de conducir el coche se impone rápidamente. El coche es cómodo. La dirección es agradable y la maniobrabilidad puede competir con muchos de sus contemporáneos. Un coche relajante, para ser conducido de una manera fresca y embriagarse por su ambiente tan británico.